Feliz Navidad
Desde aquí os queremos desear que disfrutéis y viváis el nacimiento del Niño Dios como lo que es: un regalo del Padre.
Dios se hizo hombre en la persona de Jesús y cada año, su recuerdo, la celebración que realizamos, ha de servir para que vuelva a nacer en nuestros corazones, para que volvamos a sentir la inmensa alegría que supone su cercanía y que nos ilumine con su luz.
Os deseamos que cada uno de nosotros nos convirtamos en estos días en los descendientes de aquellos pastores que fueron los primeros en adorarle en aquel humilde establo y llevarle presentes, y algo mucho más importante, los primeros que anunciaron la buena nueva.
Y hoy, cuando se cuestiona todo, cuando se pretende ocultar la verdadera Luz entre las luces de los adornos de las calles, es cuando nosotros tenemos que dar testimonio de Dios, de la única razón por la que somos felices en estos días de la Navidad, porque el Niño Dios va a nacer; que por eso nos juntamos a cenar, y que nuestros invitados principales son esa humilde familia que en Belén no tuvo alojamiento, que en cada rincón de nuestras casas, donde colocamos un belén o un misterio, un árbol de navidad, queremos hacer revivir esos momentos tan importante para la historia del hombre, que cuando cantamos villancicos lo hacemos como una dulce oración por la dicha recibida, que al recoger y dar comida, ropa, juguetes, tan solo estamos realizando una ofrenda al Rey que nació, como aquellos pastores que fueron los primeros en adorarle, y lo hacemos en todos aquellos pesebres que desgraciadamente tenemos a nuestro alrededor fruto no del amor del Padre, sino de las miserias e injusticias de los hombre.
Os invitamos a gritar ¡FELIZ NAVIDAD!, y que nuestro grito no sea en la intimidad, sino en las calles, que demos testimonio de la verdad y de lo más bonito que podemos pedir y desear, que el Niño Jesús está con nosotros.
FELIZ NAVIDAD HERMANOS y que el Señor inunde vuestro corazón y alma con su bendición.