Función Mayor de Instituto 2020

Buenos días hermano.
Hoy, 2º Domingo de Pascua, fiesta de la Divina Misericordia y, también, de la Solemne Función Mayor de Instituto de nuestra Hermandad, que celebraríamos en nuestra parroquia, ante nuestros Sagrados Titulares, y donde disfrutaríamos de la más que merecida fiesta tras el trabajo de la Semana Santa. Sería también el día en que se produciría el cambio de varas de los Hermanos Mayores, y este año tendríamos nuestras elecciones, culminando el día como nos gusta a los españoles, con una comida de hermandad.
Pero ya sabéis que ello no será así, y de nada sirve lamentarse. Aunque la situación diste mucho de ser la ideal, aunque nos falten muchos seres queridos, hoy debemos seguir con confianza en nosotros, viviendo estos días con una interioridad que nos libere de nuestros miedos y de la agonía que produce esta nueva vida. Muchas de las cosas que se quedan atrás las haremos y viviremos en otros momentos, no será igual, pero también serán nuestras.
Hoy, en el 2º Domingo de Pascua, y en estas circunstancias aún más, debemos dirigir nuestra mirada a nuestro Señor resucitado, orar por la gente que ha fallecido y también por los vivos, por aquellos que sufren la enfermedad, por los que tienen familiares fallecidos o ingresados, y por todos los que estamos viviendo este confinamiento, debemos rezar por nosotros, para que podamos llevar esta situación sin desfallecer, sin perder la alegría en nuestra vidas. No son los tiempos más agradables, pero de ellos saldrá lo mejor que tenemos y, no os quepa la menor duda, saldremos muy reforzados como personas, posiblemente diferentes, pero más fuertes en nuestro espíritu y en nuestra forma de apreciar las cosas que se nos brindan.
La festividad de la Divina Misericordia, como ya sabéis fue instaurada por su Santidad San Juan Pablo II, nos debe recordar esa infinita misericordia de Dios y nos debe acercar a ella nosotros también, tal como nos pidió nuestros Señor, “Sed misericordiosos, como es misericordioso vuestro Padre” (Lc 6,36). Tengamos seguro que Dios no deja a su rebaño abandonado y nos enseñó a hacer lo mismo entre nosotros, a no dejar solos a nuestros hermanos cuando lo estén, cuando están enfermos, hambrientos, sedientos, desnudos o en la gloria del Padre. La misericordia es verdadera cuando es una relación a tres: entre Él y yo y yo y otro.
Hay tres parábolas denominadas de la misericordia que aparecen en el evangelio de Lucas, la de la oveja perdida, la dracma extraviada y el hijo pródigo, y son de muy recomendable lectura. Hay otras cinco, pero la lectura de estas tres nos acercará al verdadero significado de la misericordia y, además de instructiva son muy amenas.
Queridos hermanos, deseo que pronto nos podamos ver, nos podamos abrazar y podamos rezar juntos ante nuestro Señor en su Sagrado Descendimiento, ante su Santísima Madre de la Soledad Coronada, podamos vivir cada uno de estos días y actos que tenemos pendientes y los que se están por llegar. Volveremos a ser una familia y estaremos con nuestros seres queridos.
Un gran abrazo a todos.